martes, 28 de febrero de 2017

Anochecer.

Huyó de su casa, transgresoramente,
convirtió su matrimonio
en un exilio en el mismo
momento que cruzó en
brazos de su pareja el
umbral fronterizo de su
ayer.
Tantas lágrimas derramadas
sobre el
lecho virginal de sus
miedos para terminar
de morir ahogada
en unas sábanas
desérticas, exentas de
memoria.
¿ Dónde se  quedaron los
ruidos de sus gateos,
de sus primeros pasos ?
 ¿ Dónde se perdió el
ruido de los tacones
pisando el pasado?
¿ Dónde se perdió el
lejano ruido del
tacatá?.