Sobre los albores inusitados de la venganza
despierta el tullido sueño del oprobio,
relamiéndose la envidia discapacitada
allanando el paso firme de los crueles.
Miserias hipotecadas en juegos perennes
vástagos expósitos sin nombre,
nombrados y renombrados en bautizos
descastados,vendedores de patrias
propias y ajenas.
Viven adosados a su verdad, enquistados,
en el fulgor de sus tristes sonrisas, incapacitados
por sus miedos, buscando la única solución final
la única con absoluta dignidad,el suicidio será
vuestro patrimonio, nuestra recompensa,
nuestra herencia.