En las postrimerias del ocaso del canto
del despído de tu prematura vejez,
desfilan en las inmediaciones del campo santo
las imágenes solapadas de tu niñez.
Animadas por el sonido lejano de la dulce lira,
embriagadas por el tronar de la celestial
trompeta,bailan en el perdido manantial,
subyacido por el sollozo de su respiro.
Bajo las puertas del amor requerido
levitan las flechas del solitario cupído
esperando la apertura de tu corazón
para embriagar en él, el veneno de tu inspiración.
Aún sin prisas, por acudir a su llamada
despides con lágrimas de pureza a tu amada,
invitándola con enorme galanteria
a que sea ella, la que tape tu meláncolia
lunes, 4 de enero de 2010
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Pero qué bonito...Y que final más tierno.
ResponderEliminarMuchos besitos.
Hola Ana..siempre tan amable amiga...gracias guapa, pasa buen día, besos reales...
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