El más hondo y libre racionamiento
se evapora como infiel humo
en el más profundo e ítimo rozamiento
en que se sumergen dos cuerpos,asumo
con valentía este insigne movimiento
que produce el goce repartido,ninguno
de los presentes y también de los
ausentes,
deberían olvidar,el derecho de emancipar
el deseo personal,en unos
y en otros atardeceres e instantes
todos perseverantes en las distintas
ocasiones en que se produce dicho procedimiento.
Asumiendo el goce prolongado
de este derecho romano,ya en sus tiempos otorgado
al plebeyo, y al pueblo hambriento y sediento
de tan lustruoso sentimiento.
viernes, 15 de enero de 2010
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