Pasos ligeros en la calle desierta,
la noche se abre a la esperanza,
los adoquines mojados,brisa que despierta,
se despereza la ilusión amada,la tardanza
de tu llegada es bienvenida,mejor tarde
que nunca, la sonrisa de el padre,
proteje a su desvalida hija,la cobija,
la duerme en sus brazos, la acuna,
como este tierno amor, no hay ninguna
frontera,este amor es la manija
que mueve este infausto mundo.
La espera ha merecido, la pena, me hundo
en la profundidad de tu eterna bondad,
esta es la única verdad de la vida, esta sinceridad,
prolongada, enamorada, en la austeridad de esta morada,
la alegría, acariciada de sonrisa sonrosada,
ha despertado las conciéncias dormidas
con un leve llanto de carícias compartidas...
miércoles, 17 de marzo de 2010
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