Ruge la noche hambrienta,devora las entrañas
de la ciudad prohibida, alimañas
desechadas por el fulgor de su tiranía,
expira el último halo de paz en la lejania
del cruce de palabras por las calles deseredadas,
el asfalto humillado, se abre ante el roce de las pisadas,
de los infortunados amantes,besos colindantes,
en labios compartidos, susurros desleales, insinuantes,
llenan de opaca luz los callejones sin vida.
Farolas vírgenes de luz restringida, dormida,
acompañan el madrugar de este despertar expectante,
el vapor del pánico inunda tu rostro emergente,
acaricia tus mechones, limpia tus mejillas,
se acicala, te envuelve, rodea tus axilas,
cobijándote en este profundo y aletargado
cuadro sin marco, en el que ha renacido asustado,
acobardado el infinito y despreciado olvido reconocido...
viernes, 16 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me gusta leer tus versos en voz alta para sentir la profundidad de tus palabras en mis oidos.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
don vito, bello blog, sentidas impresiones, pura belleza.
ResponderEliminarHola, te devuelvo la visita, Don Vito.
ResponderEliminarY me quedo con las piernas enredadas entre tus versos...
Un beso.
Don Vito, pleno de bellas imágenes tu escrito, a pesar del desamparo, del dolor y la oscuridad.
ResponderEliminarGracias por invitarme a venir.
Rosario
delicioso
ResponderEliminar¡ Esplendido! Un verdadero placer perdeme en tus textos.
ResponderEliminarCómo todo lo que leo aquí, fantástico, fresco y hermoso.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog e invitarme a pasar por el tuyo, cosa que continuaré haciendo sin duda alguna.
Un saludo
Este poema me ha parecido precioso... y tan expresivo que me estaba imaginando la escena, conforme la leía.
ResponderEliminarUn saludo