Se cierra la penúltima puerta,
los recuerdos de lo acontecido,
vagan por la acera de nuestra memória,
los buenos propósitos duermen en una incierta
conciéncia perteneciente al pronto olvido,
repetimos los mismos deseos como una primícia,
caemos en los mismos errores,mismos tropezones,
por el mismo camino, mismas ilusiones
ahogadas todas ellas en este mar infecundo.
La excusa fácil, perfecta,lo mismo le pasa a todo el mundo,
olvidamos los buenos sentimientos, todos inhóspitos,
la vida está llena de demasiados niños expósitos.
Sonreimos fatal, brindamos para seguir festejando,
el enterramiento, embaucamiento de la raza humana,
y esperamos el sonido infiél de la última campana,
para no recordar jamás, el desbarajuste que andamos creando.
martes, 27 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola Don Vito, Gracias por invitarme a tu blog.
ResponderEliminarHe descubierto en tus poemas una enorme sensibilidad y belleza lírica. Felicidades.
Un saludo desde Argentina.
Virginia Palomeque
Tropezar con la misma piedra una y otra vez...privilegio dado al hombre por los dioses.
ResponderEliminarIntenso y precioso tu poema, Don Vito.
Un beso.
Tropezamos una y otra vez con la misma piedra, es cierto... yo no creo que sea un privilegio, más bien un castigo de los dioses... No aprender y seguir por el mismo camino, por el camino equivocado.
ResponderEliminarY sí, nos consolamos con eso de que lo mismo le pasa a todo el mundo... como dice el refrán "mal de muchos, consuelo de tontos"...
Me ha gustado Don Vito, me gusta que me hagan pensar y reflexionar sobre esas cosas que a veces nos pasan desapercibidas en el trajín de la vida diaria.
Beso.
Es más facil buscar excusas, y asi continuamos tropezando en la misma piedra. No importan las heridas parece que no la vemos nunca.
ResponderEliminarY no contentos celebramos nuestros errores con la alegria de los victoriosos. ¡Triste miseria!
Un abrazo amigo