Arrolla el infame deseo por la ladera
de la incauta pasión,
rueda como rueda de molino a la espera
de tus esperpéntica determinación.
Nace en mi interior la desilusión,
invoca al diós negro de la decisión,
ese que nos ilumina en nuestros días
el mismo que nos arrulla,como las impías
brujas en noche de akelarre.
Prosigo mis andares por esta proscrita
vaguada,poco inmaculada,
nunca dibujada,a veces escrita
en pergaminos de piél olvidada.
No,no es noche de milagros
Fátima y Lourdes han sido desheredadas,
el diós negro ha dictado senténcia,a tí y a otros
desalmados sin alma,demasiado osados
el amor ha sido enterrado,
y no es sentido figurado.
domingo, 29 de noviembre de 2009
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