Amor desgarrado,
corazón desangrado,
tórridos ríos de pasión
inundan mi condición.
Superviviente de tu amor,
carcelero de tu rencor,
defenderé tu honor,
con honradez y pundonor.
Rehén de tu sonrisa,
descubriendo sin prisa
ese dulce manjar,
imposible de ocultar.
Moriré arrodillado,
jamás humillado,
siempre a tu lado.
Inusitada felicidad.
viernes, 27 de noviembre de 2009
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