Esperando la marea infinita,
descorchando el vino prohíbido,
observando al ángel caido,
despertando la mañana que tirita
de pasión rota e incomunicada.
La bruja se convierte en hada,
el cuento sonñolece tu agonía,
tus miedos cierran este día.
El crepúsculo de tu sonrisa,
augura un nuevo amanecer,
como aire convertido en brisa,
que me hace estremecer.
Tu desidia me hace enloquecer,
tu soberbia me hace emprobecer,
carezco de vida y sentido,
me ahogo en tu olvido.
sábado, 28 de noviembre de 2009
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