Resplandor prohibido ilumina tu rostro,
amanecer distinto,
se dibuja en mi instinto,
en el balcón de tu mirada yo me postro.
Impávido,aguantaré el paso del olvido,
inerte,resistiré el camino sufrido.
Volveré a tu hermética moral
día tras día,
noche tras noche,
hasta que el ruín candado de tu corazón
se derrumbe como firme telón
y anuncie el fín de la función.
Dando vida a nuestros cuerpos
a ninguna consternación sin conjunción.
sábado, 28 de noviembre de 2009
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