lunes, 30 de noviembre de 2009

Inhibír (II)

Nubarrones de fiél tormenta,
se apoderan de mi frágil semienta
intuyo oscuridad,tenebrosidad
donde tu aliento no alcanza mi capacidad
de discernir entre tanta maldad
inquina y ajusticiada suciedad
que nos trae el amanecer del nuevo día.
Siempre los mismos pasos,ligeros,camina
la venganza por el valle de lágrimas
en que se han convertido,nuestras almas
penitentes,mar rojo que se abre ante ellas
moisés traicionado en estas oscuras celdas
nadie se salva de la ignomínia,desídia
fluyen los ríos de la conciencia,en esta lejanía
exposición de cuadros robados.
A los ilusos soñadores,no tratados
con el desdén suficiente,acorralados
nuestros sentimientos,totalmente ahogados
en este mar que crece y crece
hasta convertirse en el océano que no perece
ante la insulsa palabra y mirada
de nuestra oscura pasión,maltratada
aniquilada,desheredada.

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