Habito en la llanura del deseo,
esa que portas en el candíl
de la lujuria ...
la enciendes y la apagas
a tu antojo
triste alma hecha despojo,
iluminas el ocaso de mi letanía,
despiertas tribus salvajes,
conquistas inhóspitos parajes
nunca hallados en mí.
Has reconquistado la cumbre de mi existencia.
viernes, 27 de noviembre de 2009
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