Relamiendo el sabor de tu ternura,
dulcificando mis labios en esa espesura,
que inunda y abarca esta locura.
torrente de lujuria bramando libertad,
dehojando las margaritas de la ansiedad.
Campo florecido,cuerpo invadido
ríos desbordados por el frágil fluido,
lecho de amor,al fín,compartido.
El onírico sueño ha vencido
nuestras conciencias han consentido
en este inagotado torrente
que a ningún dios del olimpo
deje indiferente.
viernes, 27 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario