Embriagado por los péalos de rosa,
que adornan tu alma cansada,
con olor de libertad emancipada,
venciendo tu paciencia ansiosa.
Caminos deshechos por mi presencia,
introduciendo armonía en tu ausencia,
reconvirtiendo tu lucha diaria,
en amor como tierna pasionaria.
Las frágiles murallas de tu convento,
caerán de rodillas a mis piés,
tu última resistencia,sin aliento,
devorada por mi sinceridad.No miento.
sábado, 28 de noviembre de 2009
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