El siléncio devora la noche,
el miedo comienza su reinado,
pasos solapados,
besos robados,
cuerpo sin vestido, desnudado,
sinfonía de carícias envuelven tu cuerpo
aterciopelado,
siléncio aterrador
sólo despertado,
por tu gemido incontrolado.
Me engulles,me devoras
desaparezco dentro de tí,
desbocado en tu profundidad,
rendido a tu generosidad.
Mi último aliento
sin palabras lo que siento.
Rodeo tu figura,
mientras la aguerrida noche
nos muestra su fisura.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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